LOS INSTITUTOS DE VIDA RELIGIOSA


La Vida Religiosa constituye la forma más conocida de Vida Consagrada. Nació en Oriente en los primeros siglos del cristianismo, y se distingue de las otras formas de Vida Consagrada por:

  • La profesión pública de los consejos evangélicos,
  • La vida fraterna en comunidad,
  • La sujeción a una Regla o Constituciones.



La Vida Religiosa es un medio para aquellos que buscan seguir a Cristo más de cerca, eligiendo para sí mismos la misma vida que Él vivió. Así se comprometen a vivir como Él en pobreza, castidad y obediencia. El Derecho Canónico (nº 573 y sig.) establece las normas que rigen a todos los religiosos.
Los religiosos se unen a Cristo mediante vínculos estables que se llaman “votos”. Un voto es una promesa solemne y pública de ofrecer a Dios una cosa buena. Al escoger vivir en pobreza, castidad y obediencia, los religiosos consagran toda su vida a imitar a Cristo:

Mediante la pobreza ponen sus vidas en manos de Dios Padre. Así imitan a Cristo pobre.

Someten su libertad a Dios en la figura de un Superior, mediante el voto de obediencia. Así imitan a Cristo obediente.

Y renuncian al matrimonio mediante el voto de castidad. Así imitan a Cristo casto.

Aquí puedes ver cómo vivimos los votos de castidad, pobreza y obediencia las Discípulas de Jesús.

Todos los Institutos religiosos tienen vida fraterna en comunidad. Así manifiestan el amor de Jesucristo a todos los hombres. Los religiosos buscan hacer juntos sus principales actividades: la oración, el apostolado, las comidas, los tiempos de recreo y descanso. Aquí te contamos cómo vivimos nosotras nuestra vida fraterna.

Además son guiados por unas Constituciones o Reglas inspiradas por Dios que establecen su forma de vida. Estas Constituciones son un patrimonio espiritual de la Iglesia. Ellas manifiestan de modo admirable la riqueza del Espíritu Santo que ha sabido dotarla a lo largo del tiempo de formas siempre nuevas y admirables de santidad.

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